lunes, 14 de marzo de 2011

Vamos de Fiesta

Hola a todos!

Como dicen por ahí, un domingo sin reunión familiar, no es domingo. Pero es una mentira grotesca. Un domingo en casa viendo películas debajo del edredón con una botella de agua al lado (para recuperarnos del fin de semana y sus excesos), eso sí es un domingo. No tiene nada de gracia tener que levantarte a las ocho de la mañana, probablemente después de acostarte a las seis, y tener que ir a una reunión familiar. Donde se supone que todo lo que tienes que hacer es poner buena cara, sonreír todo el tiempo para que todos vean lo contento que estás y aguantar con pacencia los apretones de tu tía abuela y las críticas más variadas sobre tu pelo, tu ropa y tu peso. Eso no hay persona que lo aguante. Es un castigo por salir a divertirte la noche anterior.
Y encima te obligarán a comer, cuando solo de oler la mayonesa sufres esas arcadas tan inhumanas de cualquier día de resaca.

Pero no queda ahí la cosa. Tu familia siempre encontrará una excusa para hacer una reunión; ya sean cumpleaños, comuniones o, como dice mi tío, una reunión para "sentar las bases". (Te preguntarás: ¿Sentar las bases de qué? Nadie lo sabe, forma parte del secreto del universo). Pero al final, tengan la etiqueta que tengan, todas acaban siendo esas desagradables reuniones de domingo con todo lo que conlleva. Solo hay una variante: las fotos. Venga a gastar carretes y carretes en fotos con la niña de la comunión, el niño del cumpleaños o la pareja que se casa. Y ahora, con las cámaras digitales y los móviles es un no parar. Todo para que alguien (el más audaz de la familia) cuelgue tus fotos en Facebook y salgas en todas y cada una de las fotos mirando a otra cámara, a otra de las tres mil quinientas que te apuntaban y el resultado es esa cara de parda que te queda sonriendo asqueada y con el perfil malo. Más que el cumpleaños de un niño de seis años parece un photocall; y como siempre hay una tía entrometida que lo quiere saber todo sobre ti, pues acabo sintiéndome cual reina del papel couché. El lunes siempre tengo el impulso de pasar por el quiosco para comprar la revista en la que ha salido el reportaje de mi vida.

Otra de las fiestas que llevo muy mal son esos reencuentros tan de moda ahora con los compañeros del colegio. ¡Del colegio! ¡Si la última vez que los ví tenía trece años! Es una noche muy patética en la que tienes que aparentar que los años no han hecho más que favorecerte cuando se podría decir que si has avanzado algo, en todo caso, ha sido hacia atrás. Y después tienes que abrazar con fingido afecto a esa compañera que no tragabas porque se supone que esas rencillas ya quedaron atrás ("Los problemas que hemos tenido en la casa están olvidados, cuando salgamos nos vamos de cañas", más o menos eso). Y los primeros quince minutos no nos dedicamos a otra cosa que a olisquearnos como perros y pensando cosas del tipo: "No creí que su culo pudiera crecer más" o "Por favor, sigue siendo tan memo como en sexto de primaria". Y cosas por el estilo. Es inevitable, estos reencuentros solo sirven para regocijarnos en la confirmación de nuestros más ocultos deseos. Que no son otros que saber que a tus compañeros de colegio no les va tan bien como querían cuando eran niños.

Pero las que más me impactan, son sin duda, las bodas. En primer lugar, ninguna mujer va a una boda para compartir con la pareja ese día tan importante. De eso nada, monada. Estamos allí, y de las primeritas además, preparadas para, en cuanto aparezca por la puerta medio centímetro de tela blanca, colocarnos en posición: pies de puntillas aunque te partas los dedos de los pies (qué mas da, eso es un mal menor), cuello estirado cual jirafa salvaje, ojos abiertos como platos para no perder detalle y, lo más importante, el modo cuchicheo activado para comentar todos y cada uno de los rincones de la novia. "No le sienta nada bien la palabra de honor, parece que los pechos se van ya de luna de miel", "El ramo es un poco chapucero", "¿El maquillaje no te recuerda al que llevaba los últimos carnavales?". Las típicas cosas que decimos cuando otra de tus amigas/primas/cuñadas/completas desconocidas tiene la desfachatez de casarse antes que tú.
Y en la celebración nunca falla el cuñado que se emborracha e insiste en bailar un pasodoble con la novia y le pisa el vestido quinientas veinticuatro veces y le echa la ceniza del puro en el escote y le tira su copa de whisky con cocacola por encima del vestido. Y la abuela emocionada que no para de llorar. Y los niños incoridiosos que se pasan toda la noche corriendo a tu alredor y poniendo en grave peligro tu integridad física.

Seguro que te acaban de entrar unas ganas locas de irte de fiesta. A mi me pasa igual. Unas ganas locas. Sí.
Merece mucho la pena tener familia y amigos para poder compartir esta clase de momentos tan especiales e inolvidables. Aunque ser repudiada y rechazada por tu familia y la sociedad en general no suena tan mal ahora mismo, ¿no?

Kendra.

Mi recomendación del día: No puedo dejar pasar un día más sin mencionar desde aquí el desastre acontecido en Japón recientemente. Kendra se solidariza con todo el pueblo japonés, esperando que las desgracias no se sigan sumando y pronto puedan comenzar de nuevo. Realmente parte el alma ver los duros momentos que están atravesando; vivirlo debe ser una experiencia para olvidar. Mucha fuerza y ánimo. ¡Estamos con Japón!

2 comentarios:

kiara dijo...

Que gracia me ha hecho lo de el maquillaje de carnavales, y los pechos que se iban de luna de miel. Y es que ¿Que mujer no ha aguardado expectante la entrada triunfal de la novia , para ponerla de vuelta y media? ... Deberias abordar el tema de la alimentación en los banquetes, que si los chocos estaban manios,la tortilla poco cuajada,Ah! me encontré un pelo que horror!TODOS TENEMOS GASTROINTERITIS, y SALMONELLA! La carne estaba poco hecha.Y el ron no dio ni para mojarme una muela.Y la música?¿Quién pinchó un sordo?¡¡Hay que ver vaya porqueria de boda!!!

MW Company dijo...

jajajaja. Vaya ritmo que llevas que no termino de leer una entrada parpadeo y ya veo otra. Muy bueno todo, esta muy bien relatado y es entretenido. Espero que poco a poco la gente empiece a pasarse mas de seguido por aquí. Un abrazo desde el blog tefaltaunaluna.blogspot.com (TFUL)