domingo, 6 de marzo de 2011

Películas de Cine

Hola a todos!

Nada me ha dejado más desconcertada en toda mi vida que la película "El Orfanato". ¿Alguien más la ha visto? Pero no esa española, sino una americana y que tenía toda la pinta de ser grabada por unos estudios de esos independientes o como se llamen. Era rarísima. ¡Qué horror! Justo cuando terminó me di cuenta de que no la había entendido para nada. Ni un solo segundo de la película desde que salieron los rótulos del título. A mi esas películas de tramas complicadas me desesperan. Y me desespero yo y se desespera el que va conmigo al cine, porque debe pasar las siguientes dos horas explicándome toda la película hasta que logro entenderla de alguna manera.

Me gusta el cine, de verdad. Lo paso pipa comiendo a oscuras, porque como todo el mundo sabe, si no ves lo que te estás comiendo, no engorda. Lo dijeron en Cuore. Eso, o algo parecido. Pero no puedo seguir el ritmo de esas películas complicadas que juegan con la realidad y la fantasía. ¿Cómo pretende alguien que yo alcance a comprender la magnitud de los fantasmas que atormentan el alma de ese guionista? Me parece que es pedir demasiado. Yo soy más de películas ligeritas, típicas a ser posible. Y si tienen libro mejor, para asegurar. Donde esté una buena película americana tipo "chico conoce chica y chico hace una apuesta con sus amigos para ligarse a chica y al final chico acaba babeando por chica justo antes de que chica se entere de todo y lo deje; entonces chico le confiesa delante de todo el instituto que la ama y chica corre a sus brazos a cámara lenta mientras todos aplauden y lanzan sus sombreros al aire de pura felicidad", que se quite toda esa basura intelectual de autor. Esas películas de toda la vida, sencillas. humildes, repetitivas, no tienen precio. De esas que mi cuñado hace ver que no soporta y que luego vive con tal intensidad que incluso es el primero en soltar grititos y apretarte las manos emocionado en el momento del beso final.

¿Y qué me dices de esas películas con finales inconclusos? A mí al menos me dejan petrificada durante horas, sin poder moverme del sitio, con la vaga esperanza de que hayan vuelto a poner los descansos esos que había antes a mitad de las películas. No puede ser que alguien en su sano juicio acabe una película en mitad de una escena después de dos angustiosas horas de problemas que se solucionan para volverse a estropear y poder volver a solucionarse al menos en siete ocasiones más. No lo entiendo, sinceramente, no lo alcanzo a comprender.

Las que más me gustan son las de finales trágicos. Ésas son las películas que me parecen más auténticas, más reales. Cuando muere el protagonista y se salva el malo que consigue huir a una isla desierta y acaba bebiendo de una copa con un líquido azul y una sombrillita mientras sonríe socarronamente con un puro entre los dientes y siete mulatas pechugonas le bailan la samba a su alrededor. O en las que mueren todos, absolutamente todos y solo queda vivo uno que apenas salió en la película pero que te caía fatal y acabas tomándole cierto aprecio porque a pesar de que los guapos han muerto, él es el que mata al malo. Sé lo que estás pensando. Infiltrados. No te lo discutiré.


¿Y Gran Torino? Para empezar, ese hombre es un tanto inquietante. A mi me desconcierta muchísimo. Esa templanza tan agresiva, como si estuviera a punto de saltárte encima pero mantiene a la vez esa serenidad tan extraña. Estaba acostumbrada a películas muy diferentes de Eastwood y, francamente, me pasé toda la película esperando algo más, no sé exactamente el qué, pero algo más. Lo peor fue cuando descubrí que Gran Torino era un coche. ¡Un coche! Recuerdo que todo fue muy confuso y cuando la pantalla se quedó en negro casi no me lo podía creer. ¿Ya está? ¿Tanto rollo para esto? Pero reconozco que jamás me he atrevido a comentar esto fuera de mi círculo de amigas (tan ineptas como yo a la hora de reconocer el cine de calidad). Sé de oídas que ese señor es un dios en su mundillo y lo respeto, pero jamás dejaré de sentir ese eterno escalofrío que me sobreviene cuando aparece en pantalla. Y una duda que siempre he tenido sobre él: ¿Siempre ha sido viejo? Yo al menos nunca lo he visto joven y lozano, pero agradecería posibles referencias que buenamente me quieran aportar.

Y ahora, a riesgo de convertirme en tu peor enemiga y ganarme tu desprecio de por vida, tengo que reconocer que no entendí Los puentes de Madison. Lo siento, pero no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando ahí. Era demasiado... ¿lenta? No sé exactamente de qué se trataba, supongo que no estoy preparada para apreciar este tipo de películas de otro tiempo. Estoy muy mal acostumbrada, lo reconozco.

En realidad yo no se quién me manda a mí a hablar de cine, porque no tengo ni idea. Solo espero que comprendas mi falta absoluta de concentración y mi capacidad para captar tramas demasiado rebuscadas. No me odies, no merece la pena.

Kendra.

Mi recomendación del día: Viaja todo lo que puedas y aprende y absorbe cuanto te sea posible. Y vuelve solo cuando la necesidad de tu tierra te impida continuar el paseo. Yo he viajado mucho y ha sido lo mejor que he hecho en la vida y de lo que jamás me arrepentiré. Bueno, mi padre sí porque es el que me ha financiado mis excursiones, pero eso es harina de otro costal. ¡Buen Viaje!

1 comentario:

MW Company dijo...

Jajaja muy buena la entrada, es entretenida y aunque a simple vista parezca que hay un mundo de palabras, es una lectura entrenida y amena.